LA HABANA, Cuba - La compañía de danza Habana Compás Dance, ubicada en Ave 51 #12202 e/122 y 124, municipio Marianao, La Habana, es una alternativa artística de proyección amplia que se inserta dentro del panorama danzario cubano e internacional como un logro del empeño profesional y humano.
Integrado por dieciséis bailarines (13 mujeres y 3 hombres), y un grupo musical de pequeño formato, compuesto por un bajo, piano, flauta, una vocalista y el conjunto de tambores que forman los tambores batá, la tumbadora y los bongoes, la compañía va ganando cada vez más espacio en el respeto y la consideración de los que aprecian el buen arte.
Entre la nostalgia de un tiempo de realizaciones personales y el gozo del sueño que se consolida, su directora, la bailarina y coreógrafa Liliet Rivera, de 35 años, relata los comienzos de la compañía.
“Habana Compás fue creada el 26 de marzo del 2004. Yo formaba parte del Ballet de Lizet Alfonso, donde además de bailarina era coreógrafa. Para entonces, mis inquietudes profesionales sobrepasaban mis intereses individuales, y aunque los comienzos fueron difíciles fuimos muy afortunados porque siempre tuvimos el apoyo de Francisco Avena, el presidente de la Sociedad Española Concepción Arenal, quien desde el principio apoyó el proyecto y contribuyó mucho a su consolidación”.

Momentos en que ejecutaban la danza titulada Fusionando. Conocida también como Danza de los taburetes. coreógrafía de Liliet Rivera y música de Eduardo Córdoba
Y entre sorbos de café y breves interrupciones -durante las cuales atendía problemas relacionados con sus responsabilidades- explicó que “mi cabeza era como un volcán de ideas a punto de estallar y me pareció que aquel era el momento de comenzar a volar con mis propios sueños, por lo que decidí abandonar mi trabajo con la compañía de Lizt y crear mi propio proyecto”.
Pero Habana Compás fue también el resultado de la capacidad y el ángel de cuatro jóvenes bailarinas, compañeras de carrera de Rivera. Lisset Fleitas, Adriana Bolufet, Mirlenis Rodríguez y Tais Hernández pusieron su parte de talento en el nacimiento de la compañía, donde aún continúan Bolufet, quien se desempeña como profesora, y Fleitas, que “se ha consagrado -según su directora- a velar como un Alma Mater por cada una de las necesidades de la compañía. En ella descansa toda mi confianza”, concluyó.
Con sello propio
Cuba es un país donde los conflictos tienen que compartir espacio con la danza y la música. A lo largo de toda la isla los grupos danzarios y musicales se multiplican, y para los profesionales del arte es cada vez más difícil consolidar proyectos con personalidad propia.
Sin embargo, para la joven bailarina y coreógrafa que lidera esta compañía el reto representó una oportunidad para desarrollar una propuesta que distinguiera su proyecto.
Actualmente, Habana Compás Dance es el único grupo danzario en el país que tiene incorporado el aprendizaje de instrumentos de percusión dentro de su programa de enseñanza en la formación de sus bailarines.
Su director musical, Eduardo Córdoba, de 50 años, profesor de música, y laureado percusionista y artista plástico, asegura que “este programa de enseñanza combinatoria eleva el nivel profesional y artístico individual, nos consolida y fortalece como equipo y garantiza un mayor impacto escénico”.
Córdoba ingresó en la compañía danzaria en el año 2009, y desde entonces, “con su ejemplo de tenacidad y disciplina, se ha convertido en un referente. Es un excelente profesional; un hombre de propuestas objetivas y realizables, e incansable como creador”.-aseguró la directora de Habana compás.
Por su parte, Córdoba reconoció que “Liliet es una profesional muy receptiva. Aquí no hay luchas de poder ni conflictos de jerarquía. La Compañía es la razón de ser de todos los que trabajamos en ella”.